El Pensamiento de Hermes Trismegisto

Para entender el contexto del pensamiento de Hermes Trismegisto o el tres veces grande, hay que ahondar en el concepto “pensamiento” y en lo que este en realidad significa. ¿Qué es el pensamiento? Adolf Eichmann, teniente coronel de las SS fue el responsable de organizar y planificar el transporte de miles de judíos de toda Europa a los campos de exterminio de la llamada “Solución Final”. Al terminar la guerra, escapa de Alemania hacia Argentina y reside allí bajo una identidad falsa. En 1960 un comando especial del Mossad (servicio de inteligencia de Israel) logra dar con él y lo secuestra para llevarlo a Jerusalén y ser juzgado. En 1962 Eichmann es condenado a muerte.

En dicho juicio asistió Hannah Arendt, filósofa alemana de origen judío, la cual recoge algunas reflexiones sobre Eichmann y da algunos conceptos interesantes como el de la “banalidad del mal”, concluye que Eichmann no es una persona mala en sí, tampoco era un fanático del nazismo; simplemente era un burócrata que hizo el trabajo que le habían encomendado. Lo más llamativo de Eichmann según Arendt es la incapacidad para pensar, alguien acostumbrado a seguir reglas y cumplir su deber de forma eficaz. Simplemente no piensa si lo qué hace está mal, solo lo hace.

Arendt plantea entonces las tres cualidades base del ser humano, pensamiento, voluntad y juicio, y las enlaza entre sí, establece que el pensamiento es esa acción que nos aparta momentáneamente de la vida cotidiana y nos encuentra a nosotros mismos, el solo pensar no produce acción, es la voluntad la cual hace que ejecutemos esos pensamientos. Por otro lado, el juicio es el encargado de cuestionarnos a nosotros mismos si nuestras acciones son las correctas. Desde el principio de los tiempos, en un mundo ampliamente politeísta y lleno de dogmas, la idea esencial de toda la línea hermética era la afirmación básica de un solo dios y de una sola religión raíz, científica y filosófica, conceptos bastante difíciles de asimilar para los individuos de aquellas épocas; es por ello que todas aquellas personas que tuvieran una capacidad espiritual alta y gran poder de pensamiento, podían comprender dichas ideas y a su vez construir sobre las mismas.

Si lo vemos en otras palabras, tanto Arendt y todas aquellas escuelas del conocimiento de estas épocas (llámese herméticas, platónicas, eclécticas, pitagóricas, gnósticas, entre otras) comprendían que solo una persona que usara la inteligencia como un cincel, que a su vez posea la voluntad del mazo y la justicia de una plomada, podrían en realidad pensar y entender las enseñanzas de ese primer portador del conocimiento, es decir, del tres veces grande.

De otro modo, pero llegando a las mismas conclusiones, Gottlob Frege padre de la lógica moderna y la filosofía de las matemáticas, plantea que las ideas son subjetivas, privadas e inalcanzables para los demás; mientras que los pensamientos es algo objetivo y transmisible; es decir, todos podemos acceder a los pensamientos y compartirlos, por ejemplo, el teorema de Pitágoras siempre existirá y ha existido, solo que en algún momento alguien lo descubrió, ya que los pensamientos siempre están allí así nadie piense en ellos.

Bajo este mismo contexto podemos decir que los pensamientos se pueden descubrir, y que hay pensamientos que ni el hombre más apto sobre el planeta los ha encontrado. Pues bien, en esta misma línea debemos ubicar al tres veces grande, contrario a lo que parece a simplemente vista, Hermes Trismegisto no fue dueño de la verdad ni del conocimiento, simplemente fue un portador de estos, un canal de transmisión de pensamientos y conocimientos, así como algunos historiadores dejan entrever que posiblemente Trismegisto tuvo un maestro, también afirman que sus conocimientos son antiquísimos, ya que siempre han estado con nosotros desde la creación del mismo universo o antes de este.

Como es arriba es abajo, o un universo donde todo es mental y donde la dualidad parece estar impregnada en toda la naturaleza, son pensamientos que siempre han estado allí desde el principio de los tiempos, y como seres humanos a pesar de poseer una mente creadora, hemos sido más bien aprendices del mismo universo.

La masonería no es portadora de la verdad, de hecho, el objetivo de los mismos pensamientos no es encontrar la verdad, así como existen diversas formas para llegar a un resultado. Son las herramientas que proporciona la masonería la que nos hace escoger un determinado camino del conocimiento y comprensión del todo, para poder llegar a la realidad.

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