Siddharta nació en el seno de una familia noble y estuvo destinado desde niño a ser príncipe. Por eso su padre, el Rey Sudodana, hizo hasta lo imposible por ocultarle los padecimientos de la vida, por alejarlo de toda enfermedad, muerte o dolor. A los 16 años Siddharta se casó con Yasodhāra, su prima, con quien tuvo un hijo, Rahula. Vivió en el lujo hasta los 29 años, cuando se produjeron los “cuatro encuentros” y la “gran renuncia”.
El primer encuentro fue durante un paseo en que el príncipe logró atisbar a un hombre viejo, y preguntándole a su cochero al respecto, entendió que todas las personas envejecen.
Este descubrimiento intrigó al príncipe, quien ya sospechaba que había algo más en la vida que cosas materiales, y lo motivó a hacer otros tres recorridos. Así se topó con un hombre enfermo, un cadáver en descomposición y un asceta.
Tras estas cuatro revelaciones, abandonó su palacio y se dedicó a una vida de renuncia y ascetismo. Al principio, Siddharta mendigó por las calles, y se empeñó en conseguir el camino hacia la iluminación, practicando el yoga con los anacoretas. Fue alumno del maestro Udaka Ramaputta, e incursionó en distintos caminos hacia la iluminación. Comenzó por la renuncia a todo bien material y la mortificación física del cuerpo, por lo que estuvo tan débil que casi muere ahogado una vez que fue a lavarse en el río. Fue allí que entendió que su camino era el de un punto medio entre el ascetismo y la complacencia sensual.
Entendiendo esto como una filosofía de vida a cuesta del despojo Siddharta contempló los principios fundamentales de la vida como una tarea de exploración física y espiritual a lo que verdaderamente es necesario para llegar a la llamada ´´Iluminación´´.
La iluminación o despertar de Siddharta Gautama se produjo a los 35 años de edad. Para entonces ya había descubierto que su camino era la meditación contemplativa. Estando bajo la sombra de una higuera sagrada o bodhi, en la localidad de Bodh Gaya, Siddharta se sentó a meditar, prometiendo no levantarse hasta haber dado con el despertar, lo cual le tomó 49 días continuos.
A partir de entonces se le conocería con el título de “Buda”. La filosofía que Buda Gautama profesó se puede resumir en las “Cuatro nobles verdades”: La vida incluye el duḥkha. La vida es imperfecta, y existir es convivir con la insatisfacción y el sufrimiento, que son universales. El origen del sufrimiento es el tṛṣṇā.
El sufrimiento de la vida se origina en el deseo, el anhelo, el ansia que causan los sentidos o el placer sensual, y la creencia de que alguna acción nos llevará a la satisfacción de dicho deseo, pero ello es una ilusión, pues el “yo” es una ilusión de la mente. Existe el cese del duḥkha.
El sufrimiento cesa con el abandono de los deseos, lo cual se logra enfrentando la vida como realmente es, y comprendiendo las causas del sufrimiento propio como algo que habita en nosotros. Existe un método para extinguir el sufrimiento.
A este camino lo denominó el “Noble camino óctuple” y consiste en la búsqueda de un punto medio, evitando las excesivas satisfacciones y las excesivas mortificaciones, a través de la conducta ética, la meditación, la atención plena y consciencia del presente de manera continua.
• Visión recta
• Intención recta
• Discurso recto
• Acción recta
• Ocupación recta
• Esfuerzo recto
• Atención recta
• Concentración recta
Aunque el buda Gautama no es considerado un dios, es reconocido como el fundador del
budismo.
Esta es una de las religiones más practicadas en el mundo oriental, y sus doctrinas permearon en otras, tales como la religión china tradicional, el confucianismo o el zen.
En el norte de la India se popularizó el budismo puesto que eliminaba las castas.
Así, aquellos que pertenecían a los estratos más bajos en la religión hindú, preferían convertirse al budismo y
encontrar una nueva forma de vida. Camboya es el país con más mayor proporción de budistas entre sus habitantes, ya que el 96,90% de la población profesa esta religión.
Le sigue Tailandia con el 93,20% y Myanmar con el 87,90%. A pesar de eso, China es el país que alberga la mayor cantidad de practicantes del budismo, con 244.130.000.
En el Tíbet existió una teocracia regida por el Dalai Lama, hasta 1950, cuando China invadió su territorio.
En la actualidad esta figura solo cumple funciones espirituales, siendo un equivalente del Papa católico en la religión budista tibetana.
Sin embargo, no fue hasta finales de 1800 cuando los occidentales comenzaron a interesarse por
comprender el budismo. El crecimiento demográfico de los budistas en América y Europa se dio durante los siglos XIX y XX, en gran medida debido a la migración asiática.
Análisis ´´La contemplación´´:
En un mundo tan acelerado como el nuestro, cada vez se hacen más presentes palabras como contemplación y meditación, pero también misterio, iluminación, mantra, oración, unión, revelación… Cada vez más, en un mundo donde la vía material parece dominarlo todo, el ser humano busca la serenidad y la felicidad en un camino de contemplación y meditación que va tomando fuerza.
Si hablamos de contemplación y meditación pilares fundamentales de Gautama, no hablamos sólo
y exclusivamente de aspecto religioso en el sentido estricto del término, sino también en ese lado de la espiritualidad laica porque, al final, dichas prácticas no nos harán más espirituales, pero pueden ayudarnos a tomar mayor conciencia de la dimensión espiritual de la existencia, potenciar ciertas facultades sutiles y profundizar en ellas” porque de esa manera “pueden acompañarnos en
esa infinita transición hacia formas de vida más atentas y amables, más presentes y comprometidas, más alegres y serenas, más humanas y en resumen más contemplativas.
La masonería, debe ser estrictamente contemplativa puesto a que es una orden iniciática y con altos contenidos simbólicos que deben ser interiorizados desde la meditación y el estudio para poder comprender no solo su significado simbólico sino también la razón de su existencia en la
sociedad.
Gautama nos deja un legado importante en su practica contemplativa que lo llevo a la iluminación bajo la sombra de aquella higuera sagrada, nos invita de manera directa a un camino ´´óctuple´´ de rectitud en nuestra filosofía de vida, de renuncia y de ser felices a costa del despojo.