Por Alejandro Medina:
La masonería es una antigua y enigmática organización fraternal que ha intrigado a la humanidad durante siglos. Su historia está envuelta en secretos y simbolismo, y ha sido objeto de numerosas teorías de conspiración y especulaciones a lo largo del tiempo. Sin embargo, más allá de las teorías y mitos, la masonería tiene una dimensión metafísica profunda que a menudo pasa desapercibida.
La masonería moderna, tal como la conocemos, se remonta a principios del siglo XVIII en Inglaterra. Aunque sus raíces se encuentran en las antiguas corporaciones de albañiles medievales, la masonería adoptó un carácter más filosófico y simbólico con el tiempo. Los masones se definen a sí mismos como una fraternidad de hombres que buscan la auto-mejora, el compañerismo y la promoción de valores éticos.
El simbolismo desempeña un papel central en la masonería. Los masones utilizan una variedad de símbolos, rituales y herramientas de la construcción para transmitir enseñanzas espirituales y éticas. Los elementos de la arquitectura, como el compás y la escuadra, se utilizan para representar principios morales, mientras que la piedra bruta simboliza la naturaleza imperfecta del ser humano, que busca ser pulida y perfeccionada a lo largo de la vida.
Uno de los aspectos más destacados de la masonería es su búsqueda constante de la verdad y la luz. Los masones se refieren a Dios como el Gran Arquitecto del Universo y buscan la iluminación espiritual a través de sus rituales y enseñanzas. La masonería fomenta el estudio y la reflexión, animando a sus miembros a explorar las cuestiones filosóficas y espirituales de la existencia.
La dimensión metafísica de la masonería se encuentra en su enfoque en la transformación personal y espiritual. Los masones buscan la evolución de su propia alma a través del aprendizaje, la reflexión y la práctica de virtudes como la verdad, la honestidad y la fraternidad. La masonería no impone una religión específica a sus miembros, lo que permite que personas de diversas creencias participen en sus actividades. En cambio, promueve la espiritualidad personal y la conexión con lo divino de acuerdo con las creencias de cada individuo.
Otro aspecto fundamental de la masonería es la fraternidad y la solidaridad entre sus miembros. Los masones se consideran hermanos y se comprometen a apoyarse mutuamente en tiempos de necesidad. Esta solidaridad va más allá de lo material y se extiende a un apoyo emocional y espiritual. La masonería enfatiza la importancia de trabajar juntos para el bien común y para promover valores éticos en la sociedad.
La masonería es una organización que ha capturado la imaginación de muchas personas a lo largo de la historia debido a su aura de misterio y sus símbolos enigmáticos. Sin embargo, más allá de su apariencia externa, la masonería es una fraternidad que busca la auto-mejora, la verdad espiritual y la solidaridad. Su dimensión metafísica se encuentra en su énfasis en la transformación personal, la búsqueda de la luz espiritual y la promoción de valores éticos en la sociedad. Aunque la masonería puede no ser para todos, sigue siendo un ejemplo fascinante de cómo la espiritualidad y la ética pueden converger en una organización dedicada a la mejora de sus miembros y de la humanidad en su conjunto.