Las Realidades Masónicas.

LAS REALIDADES MASÓNICAS

Por: Harold Londoño A. MM:.

Cuando se habla de la Masonería, quienes más hablan son quienes menos saben; solo basta mirar Internet, y se encontrará toda la basura que se quiera.

Pero, nosotros que estamos en ella, al hablar de Masonería como Institución que existe en el mundo, es necesario decir que, quien se Inicia en la Masonería NO puede siquiera realizar el sentido masónico de su existencia o vida, si no se propone más que eso; la verdadera realidad de la Masonería debe ser analizada como ese viaje o aventura, esa VIVENCIA en la cual el ser humano se atreve, se arriesga, se lanza desde la Iniciación, con un sentido existencial, al trabajo masónico para interactuar con otros sobre la inteligente provocación de la pregunta y la respuesta sobre los Símbolos, Ritos y discusiones sobre las Planchas, para siempre dar un paso adelante, movidos por la necesidad  de ir siempre más allá de la necesidad aparente; es un accionar libre y constante de la voluntad sobre la vida del “YO” interno, para ponerse en cuestión, para interrogarse sobre todo aquello que nos hace más auténticos, tomando distancia de nuestros prejuicios, aunque se sabe, que se está expuesto al fracaso, al equívoco y a la derrota.

La verdadera realidad masónica es, ILUSTRACIÓN en acción y tiene su historia y como tal, no puede tener definición (Nietzsche) y esa imposibilidad la tiene la Masonería, que se ha ido haciendo a sí misma a través de un largo proceso de decantación histórica. La realidad masónica no es configurarse como un fenómeno doctrinal o ideológico, SINO realizarse a partir de una acción reflexiva siempre en curso y que implica interacción con otros; es un pensamiento que no descansa en su praxis individual y es ésta la que la puede definir individual y mentalmente, así no lo pueda expresar a los demás.

La realidad masónica es también simbolismo no solo de una representación de un emblema o de un signo convencional; el SÍMBOLO es el propio mensaje. La realidad masónica es una tarea con capacidad autocrítica para la emancipación, para no someterse, para no renunciar al propio entendimiento y a sus riesgos; pero cuando se da ese salto, la formación sigue abierta, es un proceso con libertad de razón y de pensamiento, para vencer la fe ciega por medio de la razón, el dogmatismo con la tolerancia, la hipocresía y la opresión, con la libertad (para mí de las tres palabras empleadas desde la revolución francesa, la más importante es la LIBERTAD). La formación del Masón es una tarea impuesta a SÏ mismo, por cada quien, y construir su propio templo con la ayuda y colaboración de los SÍMBOLOS, RITOS Y TRADICIONES. (Acá la historia del pasado profundo tiene mucho que ver).

La realidad masónica se compone de elementos conscientes y de elementos inconscientes; de manera individual consciente, la autoconstrucción, el descubrimiento de la Piedra Bruta; tarea que se desarrolla en la Logia mediante la introspección y la comunicación; y de manera inconsciente, con la participación del ritual y el significado de los Símbolos.

En la Masonería concurren tres grandes corrientes:

  • Una corriente practicista (Rito de York) de mucho agrado para los anglosajones con ayuda de las iglesias reformadas y el humanismo filantrópico.
  • Una corriente esoterista (Rito Escocés) y que recoge toda la tradición de los misterios antiguos y las tradiciones esotéricas.
  • Una corriente racionalista (Rito Francés) que aproxima la Masonería a la ciencia y al progreso por medio de fases tales como la espiritualista con Newton y Goethe; la racionalista crítica con Kant a la cabeza; y la positivista, representada por Augusto Comte, que se van imbricando sucesivamente.

En uno u otro de los ritos, se dan características de las tres corrientes. El optimismo de los Masones del siglo XXI tiene que ser un optimismo escarmentado para no caer nuevamente en el pasado de pelucas y reverencias con escasa formación cultural. Las tragedias del pasado y las decepciones de antaño, nos han enseñado la realidad colectiva, aunque a veces nos hemos tenido que poner a escoger entre lo malo y lo peor, pero esas elecciones nos han llevado a un grado de realidad histórica que, aunque deficiente, ha sido más elevada, más amplia y mejor que en el pasado.

Uno de esos pilares masónicos de arquitectura moral y política es la LIBERTAD personal a la que hemos llegado hoy, una libertad individual para poder disponer de nosotros mismos; libertad de buscar nuestros propios beneficios, por nuestros propios caminos, sin privar a los demás del suyo o les impidamos esforzarse por conseguirlo.

Esa libertad personal nos ha permitido entender que los verdaderos logros, de lo vivido en Logia con la Iniciación, es conseguir los elementos para ser verdaderamente Libres de pensamiento y de acción, así lo vivido en ella, no se pueda describir o narrar: hay que lanzarse y experimentar; creer después de pensar en todo lo vivido.

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