Las Virtudes.

Al hablar de virtud, podríamos bien asociarlo a capacidad. Nuestra capacidad de hacer, de dar, de creer, en fin un elemento que nos capacita para una función específica. Los masones estamos convocados a ser hombres virtuosos, a ser hombres capases.

Virtud es el esfuerzo que domina las pasiones. Para que existan, ha de haber lucha contra ellas, y no debe confundirse con la honradez, la  benevolencia ni la caridad: la primera se halla a menudo en los apáticos, la segunda, en los débiles, y la tercera puede unirse con el vicio; y ningún apático, ningún débil, o ningún vicioso es virtuoso enaltece. El hábito de dominar nuestros instintos enaltece el alma; y una vez que se conoce el placer de vencerse así mismo, de privarse de un bien que se anhela para hacer feliz a un desgraciado, de defender al débil frente al poderoso y salvarle, entonces ya no hay ideal que, satisfecho, proporcione goces más puros  y dilatados que este placer. Ser virtuoso es ser feliz. Una vez el interior le indica al ser humano que las fuerzas del alma les han sido dadas para emplearlas en el servicio del bien. La practica conforme a este sentimiento, es lo que indica la palabra VIRTUD.

Las Virtudes pueden ser divididas en dos grupos, cuatro Virtudes Cardinales que son: Templanza, Justicia, Fortaleza y Prudencia  y tres  Virtudes Teologales, Fe, Esperanza y Caridad.

Virtudes Cardinales

Templanza: es una virtud asociada a la moral, regula la atracción de los placeres, procurando el equilibrio en el uso de los bienes materiales y la firmeza en nuestras acciones y actitudes. A través de la templanza logramos el dominio de la voluntad sobre los instintos, manteniendo los deseos ajustados a la honestidad y el buen proceder, evitando ser arrastrado por las pasiones propias de nuestra naturaleza humana.

La justicia deriva de la necesaria armonía que debe predominar entre los individuos de una sociedad. Es el conjunto de normas y reglas que establecen un esquema adecuado para relacionar a las personas e instituciones.

La justicia real nos lleva a las máxima aspiración de  ética, equidad y honestidad, a través de la firme y constante voluntad de dar a cada quien lo que por derecho le corresponde.

Justicia no es el dar o repartir cosas  o elementos a la humanidad, sino el saber decidir a quién le pertenece cada cosa por derecho.

La fortaleza es la virtud que nos permite vencer los temores y  huir de la temeridad, nos lleva a actuar con firmeza en las dificultades y con constancia en la búsqueda del bien, la justicia, el progreso y la libertad.

La Prudencia, es propia de los individuos sabios, como elemento nos lleva a actuar racionalmente conforme a una actitud respetuosa y equilibrada en función de nosotros mismos y de los demás. Nos permite controlar impulsos emocionales que bien podrían resultar inadecuados en momentos determinados. La Prudencia es base para la tolerancia y fundamental para no dañar de forma alguna a nuestros semejantes ni a nosotros mismos.

Virtudes Teologales

La Fe  es la virtud a través de la cual  creemos en G:.A:.D:.U:. y ratificamos a diario ante nuestra propia consciencia la creencia en un ser supremo. La fe no es una fuerza ajena a la razón. Al contrario es como virtud un combustible que nos permite potenciar a través de nuestro propio ser las espereza fundamental para la construcción diaria de una mejor vida para nosotros y nuestros prójimos.

La esperanza deriva de la FE, al creer generamos esperanza. Es la espereza como virtud una fuerza que exterioriza mas allá de nuestra consciencia la fe. La esperanza es una guía clara, como virtud nos da la fuerza necesaria para marchar al frente de nuestras creencias.

La Caridad es la virtud por la cual actuamos en función del amor al G:.A:.D:.U:. , nuestro prójimos y nosotros mismo, aferrados de manera consciente  a nuestro espíritu filantrópico. La caridad en consecuencia ha de ser la punta de las virtudes en la cual todo masón debe apoyar sus acciones y procederes.

El Mason inicia su avance a través del descubrimiento y desarrollo de las virtudes propias del hombre que ha abierto su razón ante un  estado de consciencia cada vez mayor de sí mismo.

Los Masones estamos llamados a destapar nuestras virtudes y hacer de ellas un reflector de buenas  acciones día a día.

Todas estas virtudes, fundamentales en el ambiente masónico, son de manera sincera de nuestro necesario aprendizaje e interiorización. Trabajar las virtudes resulta fundamental para que la sociedad nos reconozca como hombres de bien; esta es la verdadera misión del masón, es esta labor la que nos lleva a darnos cuenta de nuestros deberes para con nosotros, para con los demás y para con Dios.

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